¿Por qué la gente dice que el español es fácil?
“¿Y tú? ¿Por qué quieres estudiar español?” - es lo que suelo preguntar a mis nuevos alumnos. La respuesta más frecuente es “porque es fácil”. Y como unas declaraciones tan atrevidas siempre llaman mi atención sigo investigando y pidiendo explicaciones algo más desarrolladas. Desgraciadamente, en vano. La mayoría de los entrevistados no es capaz de definir en qué aspectos el español es fácil, ni tampoco en qué consiste esta “facilidad” frente a otros idiomas. Eso sí, todo el mundo quiere aprender español porque supuestamente una tal actividad no supone ningún esfuerzo.
La imposibilidad de obtener respuestas satisfactorias me inspiró a reflexionar sobre el tema y a encontrar las posibles explicaciones de la fama que ha cobrado el idioma de Cervantes.
¿Por qué mucha gente alega que la lengua española es sencilla y fácil, por no decir que está tirada?
Una de las razones puede estar relacionada con la lengua materna del hablante que se convierte automáticamente en el punto de referencia a la hora de comparar. Así, por un lado tenemos a los representantes de lenguas como el polaco, checo o alemán para los que los elementos como falta de declinación o abundancia de vocales hacen del castellano un idioma asequible. Por otro lado, para los hablantes de otras lenguas románicas como el francés, portugués o italiano, la afinidad entre el español y su lengua materna es tan grande que crea una imagen ilusoria de un idioma poco exigente a la hora de estudiarlo.
En efecto, como hablante nativa del polaco, que es considerado un idioma bastante complejo, me he alegrado bastante al descubrir que los sustantivos en español no se declinan o que varias palabras se parecen a sus equivalentes en francés, idioma que también hablo con fluidez. Mi nivel de alegría se incrementó considerablemente también al darme cuenta de que no se necesitaba ningún tipo de vocabulario especializado para disfrutar de los poemas de Lorca o la prosa de Unamuno. Sin embargo, nunca jamás me atrevería a opinar que hablar español es como coser y cantar.
Me pregunto si todos los que están convencidos de que pueden aprender español en un abrir y cerrar de ojos se han parado a pensar alguna vez en que dominar este idioma supone, entre otras cosas, saber escoger entre los tiempos de indicativo, los cuatro subjuntivos (no como en francés donde se usan solamente le subjonctif présent y passé), y condicional simple o compuesto.... Sin hablar de construcciones y conceptos que no necesariamente encuentran su reflejo en muchos otros idiomas, como por ejemplo, la diferencia entre el verbo ser y estar, los verbos de cambio, las perífrasis o la estructura peculiar de verbos como “gustar, “doler” y tantos más.
El proceso de aprendizaje de cualquier idioma siempre conlleva esfuerzo requiriendo del adepto mucha motivación, disciplina y sobre todo humildad. Diría incluso que la humildad es aquí un aspecto crucial, y por una razón tan simple como la gran verdad de que nunca acabamos de aprender ningún idioma. Independientemente del nivel que tengamos, siempre habrá palabras, expresiones o construcciones gramaticales que no conoceremos y en las que nos tendremos que adentrar para comprenderlas. Ante la imposibilidad de dominar un idioma por completo, que al mismo tiempo nos obliga al trabajo constante, la división de idiomas en simples y complicados parece irracional.
¿Por qué entonces mucha gente los clasifica de manera tan absurda? Es muy probable que la raíz del problema consista en la diferencia entre “hablar” y “chapurrar” un idioma. Diferencia que a unos les resulta evidente mientras que para otros es extremadamente sutil. Tan sutil que apenas la notan.
Y por si todavía os quedan dudas sobre la complejidad del fenómeno llamado "el idioma español" echadle un vistazo al vídeo Qué difícil es hablar el español que sigue batiendo récords de popularidad en YouTube.