Ser vegetariano en España
¿Es España un destino de ensueño para los vegetarianos?
Para la mayoría de los polacos acostumbrados al cielo gris y al frío, España es el sinónimo del paraíso. El sol, la playa, las temperaturas altas y los paisajes pasmosos... ¿acaso uno puede pedir más? Tanto el paisaje como el tiempo son argumentos muy valiosos a favor de España, sin embargo este territorio paradisiaco puede ser fuente de problemas para las personas cuyos gustos culinarios están fuera de la tendencia dominante.
En efecto, la cocina española está repleta de carne y otros productos provenientes de animales. Además, siendo tan tradicional no deja mucho lugar a la originalidad lo que significa que comamos donde comamos, en casa de amigos o en un bar de tapas, tenemos que estar preparados para el menú que en años (¿o siglos?) no ha sufrido muchos cambios. Obviamente, la situación puede cambiar ligeramente según la región a la que vayáis, pero de manera general, estéis donde estéis, ya sea Granada, Salamanca o Santiago de Compostela, podéis contar con que el 99% de platos que queráis probar llevará carne, y no de las más ligeras.
Los típicos platos con carne omnipresentes en España
Si estáis invitados a una boda u otro evento importante, por ejemplo a Salamanca, es más que seguro que os darán de comer el tostón. Si en cambio os da por visitar Santiago de Compostela por todas partes veréis el pulpo a la gallega. En la fabada asturiana flotarán trozos de morcilla, chorizo y otras sorpresas del estilo. Y estando en el País Vasco no soñéis con iros sin haber probado el bacalao al pil pil. En Madrid aparte del cocido madrileño os toparéis con los bocadillos de calamares, sin hablar de los bocatas del inmortal jamón serrano, un producto típico, pero sobre todo lleno de grasa.
Podríamos pasar un día entero enumerando los platos con carne que forman parte de la cocina española. Tardaríamos otro día más en encontrar respuesta a la siguiente pregunta: ¿Cómo sobrevivir en España si no te gusta, no quieres, o no puedes comer carne? No todo está perdido, solamente hay que agudizar la vista en las tiendas y adentrarse en la cocina española tradicional.
(Foto: CC0 Public Domain - Pixabay: Feelgoodpics)
¿Qué productos vegetarianos y veganos (veganistas) se pueden comprar en España?
Aunque fuera de Madrid o Barcelona es difícil encontrar supermercados con la comida apta para vegetarianos y veganos (que por otro lado están cada vez más presentes en Polonia), los supermercados de toda la vida no están completamente desprovistos de este tipo de productos alimenticios. Prácticamente en cada supermercado se puede comprar leche de soja, de arroz o de almendra de varios sabores. No es raro ver también el tofu o yogures de soja. Vale la pena inspeccionar las secciones con la comida ecológica, ya que de vez en cuando podemos encontrar allí pequeñas sorpresas. Obviamente, España que sigue siendo un país cuya economía en gran parte está basada en la agricultura, es un destino ideal para los amantes de fruta y verdura. En cambio bastante decepcionados estarán los que comen mucha sémola, en polaco llamada kasza. El único producto parecido puede ser el cuscús. Desgraciadamente hay que decir adiós a variantes de kasza como gryczana, jęczmienna o jaglana que en Polonia encontraremos en cada esquina. A no ser que en nuestro barrio haya alguna tienda polaca o rusa. Aunque con este lujo pueden contar sobre todo los habitantes de Barcelona o Madrid donde hay mucha inmigración de los países de Europa Central y del Este.
¿Qué platos vegetarianos y veganos (veganistas) ofrecen los bares en España?
No sólo de cocinar vive el hombre, sobre todo en España donde “ir de tapas”es un ritual tanto de los jóvenes como de los más mayores. Por lo tanto es importante saber cuál es la oferta de los bares para los vegetarianos. La lista es bastante corta. El plato vegetariano más famoso son sin duda las patatas bravas y la tortilla de patatas. Además, en muchos establecimientos sirven una tapa de queso de cabra con cebolla caramelizada. Tampoco es raro ver una ración de pisto o pimientos rellenos.
Algunos propietarios de los bares intentan enriquecer su oferta introduciendo combinaciones muy originales como por ejemplo hamburguesa compuesta por trozos de calabacín, berenjena y queso de cabra. No obstante si vuestro objetivo consiste en descubrir la oferta gastronómica tradicional no esperéis mucha piedad para los herbívoros.
A pesar de todo la situación de los vegetarianos con ganas de comer fuera no es tan trágica como la de los veganos (veganistas). Los que han decidido eliminar de su dieta todos los productos provenientes de animales, en los bares no tomarán más que una ración de aceitunas o patatas fritas. La región más amistosa para los veganos es Cataluña donde aparte del pa amb tomàquet podrán comer también los calçots (aunque hay que darse prisa porque su temporada es de muy corta duración) y en algunos restaurantes de Barcelona la versión vegetal de la paella. Otro destino interesante puede ser Andalucía con sus famosos gazpachos y salmorejos, aunque este segundo, dependiendo de la buena voluntad del cocinero puede servirse en versión vegana (veganista) o vegetariana, es decir, con huevo.
Independientemente de la región, prácticamente todos los vegetarianos que han estado alguna vez en España habrán intentado resolver el misterio del famoso "bocadillo vegetal". Tras traducir esta expresión de manera literal, el instinto vegetariano, pero también lingüístico, nos dice que este bocata estará lleno de verduras. Y lo está. Sólo que éstas no son más que una guarnición para trozos de atún o de pechuga de pavo. Así es como descubrimos que en la visión del mundo española tanto los atunes como los pavos crecen en la huerta. Por lo tanto, si no queréis por casualidad introducir en vuestra boca un producto del que habéis prescindido hace años, será mejor que os aseguréis cuál es el contenido exacto de los bocatas orgullosamente llamados "vegetales" y sobre todo antes de pegarles un bocado.
Llamemos las cosas por su nombre, al pan, pan y al vino, vino – una estancia más larga que las vacaciones en cualquiera de las ciudades españolas será un hueso duro de roer para los vegetarianos y veganos. No obstante, una cosa queda clara: aunque en España la oferta gastronómica favorece a los carnívoros, por lo menos los escasos platos vegetarianos están sabrosos y son de buena calidad.